La institución familiar ha supuesto en el seno de cada sociedad una determinada distribución de roles entre hombres y mujeres. Interesa detenernos momentaneamente en este aspecto para explicar que entenderemos por familia algo mas que un agregado de individuos que comparten un hogar y realizan juntos una serie de funciones.
Efectivamente, en el seno de la familia se reproducen un complejo de relaciones que configuran un sistema de roles interactivos que son desempeñados de forma distinta por los miembros que la componen. Dicha división de roles se manifiesta en el seno de la familia con la predominancia del varón y la supeditación económica del resto de los miembros. Se trata de una predominancia económica que obedece a su posición privilegiada en la estructura productiva en el mercado de trabajo.
El primer elemento que hay que tener en cuenta es la precarización del trabajo y la flexibiidad del contrato, que bajo la falacia de facilitación de la contratación, actua como elemento de discordia y confrontación con los contratos fijos o indefinidos.La estrategia seguida en todo este proceso ha consistido en mantenecr como mano de obra estable en la empresa solo un núcleo de asalariados que aseguren las actividades esenciales, recurriendo al los contratos precarios y a la subcontratación para el resto de tareas, haciendo de este ultimo un factor de producción que pueda comprimir a su gusto (el empresario).
La segunda cuestión es que hombres y mujeres se insertan en tareas de trabajo de forma distinta.
Esto acarrea una dominación y un funcionamiento en el seno de la familia de manera patriarcal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario